«Para mí la docencia es un acto de amor»

En el corazón de la zona rural, donde los caminos se vuelven intransitables con la lluvia y un alumno aún llega a caballo para no perder clases, Roberto Sánchez sostiene con compromiso y vocación la Escuela N° 19 “Martín Miguel de Güemes”. En el Día del Maestro, comparte su experiencia como director y docente rural, y reflexiona sobre el valor de la educación en contextos donde cada jornada de clases es también un acto de amor.

¿Cómo se inicia tu carrera docente? ¿Cómo llegas a la Escuela 19 “Martin Miguel de Güemes”?

Mi carrera docente se inicia, creo que, como todos, de suplencia en suplencia. Varias, en las escuelas urbanas de Los Toldos, otras en Baigorrita, en Zavalia y alguna que otra en Junín. Una bella experiencia donde uno busca su lugar para desarrollarse. De repente surge una suplencia por 15 días en la escuela N °19, sinceramente no sabía ni donde quedaba, pero allá fui, con ganas, buenas energías de descubrir una escuela rural, el campo, su entorno, me agradaba muchísimo explorar algo que sabía era nuevo. Bueno, esos 15 días se transformaron en 10 años y medio casi, 11 ciclos lectivos. Repletos de historias, momentos y experiencias únicas y hermosas.

¿Qué significa para vos ser Maestro/ Director rural? ¿Qué particularidades tiene la educación rural?

Siempre fui Maestro, es lo que me gusta Ser, mi vocación, el enseñar y aprender (de eso se trata) un ida y vuelta con los alumnos y alumnas que nos construyen como docentes. Indudablemente también soy Directivo de la escuela ya que ésta es unitaria (un solo docente que hace las tareas del directivo a su vez). La tarea del directivo la fui aprendiendo y ejerciendo paso a paso, con ayuda de colegas de escuelas unitarias que me enseñaron muchísimo del rol directivo y a quieres agradezco enormemente. Luego concursé para acceder al cargo de directivo y por todo lo aprendido logré acreditarme como tal. Pero repito, siempre soy Maestro, es lo que me gusta Ser.

En el distrito existen varias escuelas rurales, y todas tienen sus particularidades, algunas son bi docente, otras con más de dos docentes y estamos las Unitarias con un solo docente que a su vez también es directivo. Las escuelas rurales son diversas, hermosas por donde se las mire, sus entornos camperos, sus silencios, sus cantos de pájaros, sus vientos y lluvias, sus caminos, sus familias, sus alumnos. Todo lo que rodea a las escuelas rurales les dan un matiz particular, sus costumbres y tradiciones, sus encuentros y fiestas, todo, todo es mágico allí (quienes las transitaron y las transitamos podemos dar fe de ello).

La educación en sus aulas es particular, a diferencia de las escuelas urbanas, en las aulas rurales la enseñanza es de multigrados (niños y niñas de diferentes edades y grados en un mismo salón). Allí las experiencias pedagógicas son múltiples, donde el docente debe estar de un lado al otro para cubrir todos los frentes y atender, guiar y acompañar el desarrollo de sus alumnos. Es espectacular, muy enriquecedor y un desafío total.

¿Qué lugar crees que ocupa la escuela en la vida de esa comunidad?

Para las familias la escuela es un lugar de arraigo, de raíces profundas a la cual respetan y valoran de una manera inconmensurable. La escuela ocupa un lugar primordial en sus vidas porque entienden a la misma como una herramienta de transformación para sus hijos y para sus hijas, un instrumento de crecimiento y desarrollo que no encuentran en otro lugar. La escuela es muy importante y el reflejo de eso es el compromiso y responsabilidad que tienen para con ella.

¿Cómo es un día normal para llegar hasta la escuela? ¿Cómo lo están viviendo ahora con tanta agua en los caminos?

Un día normal en la escuela 19 es arrancar 12:20, 12:25 del mediodía para llegar a las 13 Hs. El camino recorre casi 30 km desde Los Toldos hasta el cuartel IV Paraje La Carmen, un camino donde podés encontrar de todo, pozos, arena, tosca, barro, en el mismo día… largo, muchas veces solitario. Te acostumbras, con el tiempo lo vas conociendo y se hace más llevadero. A mí, en particular, me encanta, lo disfruto. El regreso es a las 17 hs.

Este año particularmente nos castigó mucho la cuestión del clima y sus intensas lluvias, que hicieron de los caminos cercanos a la escuela un lugar intransitable, colmado de agua. Mucha tristeza y angustia, no solo por no poder llegar a dictar clases, sino por las familias que quedan aisladas. Lo más importante en ese momento son ellos, sus necesidades y ser solidarios en todo lo que podamos. Pero bueno, al mal tiempo, buena cara, dicen. Es ahí donde ponemos las mejores energías para que nuestros alumnos y alumnas puedan continuar, seguir desde la continuidad pedagógica desarrollando sus conocimientos y realizando actividades que enviamos, guiamos y corregimos y así poder sobrepasar el mal momento. Las familias son pilares en esas situaciones porque se involucran plena y conscientemente en la ayuda y guía de sus hijos junto a los docentes. Párrafo aparte para los alumnos y alumnas que lo dan todo, sin decir nada y comprendiendo lo que ocurre, siempre con la mejor energía, con alegría y esperanzas de volver a encontrarnos.

Vimos imágenes de un alumno llegando a la escuela a caballo, ¿Qué se siente al ver ese esfuerzo y reconocimiento por la educación? Contanos de esa historia…

Los esfuerzos que se hacen en las escuelas rurales son inmensos, la imagen de Kevin llegando a caballo, sabiendo el recorrido, el terreno por el cual tuvo que transitar, me emocionó muchísimo, por su valor, por su sacrificio, por sus ganas y coraje, por su amor a la escuela y su desarrollo dentro de la misma, por querer nunca bajar los brazos, por dar pelea, por bajarse del caballo y compartir una sonrisa, entrar al aula y trabajar. Me emociona, él y su familia, porque su fe, su creencia en la escuela como herramienta de crecimiento para su hijo es una maravilla, es un ejemplo que desde mi rol de docente/directivo valoro enormemente y como persona común y corriente aún más. Pero el caso de Kevin no es el único, en más de 10 años en la escuela rural ví miles de sacrificios por concretar ese derecho tan importante como lo es el de la educación, por parte de muchas familias, de michos alumnos.  A todos ellos mis respetos y puesta en valor todos los días.

¿Qué rol crees que cumplen las familias en relación con la escuela?

El Rol de las familias es muy activo, participativo, colaborativo. Siempre al pie del cañón, involucrados, con mucha responsabilidad respecto del lugar que ocupan en la escuela. Las familias son el motor de nuestras escuelas rurales.

¿Cuáles son tus sueños para los alumnos y para la escuela rural en los próximos años?

Mis sueños respecto a los alumnos y alumnas, podría decirte mil cosas que deseo para ellos, que siempre estudien, que sean responsables, que hagan el bien en todas sus acciones, pero sinceramente lo que con más fuerzas deseo para ellos es que sean niños y niñas felices, porque si son felices todo lo demás vendrá de la mano. Y respecto a mis sueños para las escuelas rurales, simple, que nunca dejen de existir.

¿Qué les dirías a los maestros y maestras que recién se inician en esta profesión, en este mes de la Educación?

A quienes recién comienzan esta bella profesión les digo que siempre, pero siempre busquen en la educación generar un acto de amor, porque para mí la docencia y la educación es un acto de amor.

Agradecemos a Roberto por compartir su testimonio y abrirnos las puertas de la Escuela N° 19, donde la vocación docente se convierte en ejemplo cotidiano. En este Día del Maestro, hacemos extensivo nuestro saludo a él y a todos los maestros y maestras que, con compromiso y pasión, sostienen la educación aun en medio de las mayores dificultades. ¡Feliz día!

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