Después de presentar su show en el Museo Casa Evita, Braian responde a nuestros interrogantes. Desde la ciudad de la ciudad de La Plata, hace un repaso por su carrera como músico.
¿Cómo diste tus primeros pasos en la música?
Mis primeros pasos en la música comenzaron a los 6, 7 años cuando decidí estudiar piano. Iba con un profe en Los Toldos que era Gustavo Brugiavini. Con él pude realizar algunos exámenes, aprender a leer, a escribir partitura y desde ahí comencé. Después tuve la suerte de a los 9 tener un primo que tenía una banda en Los Toldos y que me invitaba a los ensayos y terminé tocando con ellos a esa corta edad. Recuerdo que mis padres me levantaban a las 12 de la noche para ir a tocar a los bares de Los Toldos, como La Delfina, Cascanueces Pub. Era una locura para mí frecuentar esos lugares a esa corta edad y bueno… poder hacer música. Ahí entendí que era eso lo que me apasionaba y bueno esa experiencia en la cual fui mamando a los Abuelos de la nada, a los Fabulosos Cadillacs, Bersuit, Virus, entre otros, hicieron que mi inclinación musical comience a ser hacia el rock y hacia ese gusto sonoro. Esos fueron los primeros pasos que me llevaron a elegir ser músico.
- ¿Qué etapas crees que existieron en tu carrera como músico?
Etapas como músico, creo que pasé muchas, si tomamos como etapas las diferentes facetas por ahí. Yo creo que, a lo largo del tiempo, mientras corre el tiempo, uno como músico o como persona en la vida, debe entender que todo es un crecimiento, que todo es un proceso, que todo es un aprendizaje… y bueno en la música obviamente que lo es… lo bueno de esto es que no existe un techo, que siempre se puede crear algo más, siempre se puede aprender algo más, y eso es lo que seduce también del arte, digamos, de poder llegar a lugares inalcanzables con algo que quizás no planeaste. Entonces, eso va haciendo que el sendero no sea recto, sino que uno vaya pudiendo incursionar en diferentes sonoridades, en diferentes climas, en diferentes instrumentos. En cuanto a etapas, he pasado por bandas en mis primeros pasos como músico en Los Toldos, he conformado bandas en la escuela, adolescentes, quizás una de las que más me marcó en mi adolescencia fue La Calle 5, que era con mis compañeros de escuela. Luego, bueno, siempre llega un momento en el que tenemos que tomar la decisión de irnos a estudiar, terminar la secundaria y ahí un poco se disipa todo ese proyecto, pero yo decidí seguir haciendo lo que estaba haciendo, estudiando, trabajando y bueno, hubo una etapa que me dio una chispa especial que fue la de volverme solista cuando decidí irme a trabajar al sur, tocaba por la Patagonia, tocaba en bares cuando tenía Franco y bueno eso alimentaba digamos esta pasión que siempre tuve. Siempre me gustó hacer canciones propias, desde que tengo 13 años y bueno, siempre fui fiel a eso por más de que haya hecho covers y demás. Bueno, creo que las etapas fueron esas, estar en bandas, después como solista y ahora volver a estar en banda pero bajo mi proyecto solista, el cual estuve trabajando muchísimo tiempo durante la pandemia y que hoy estamos desandando con banda, presentando canciones del primer disco y del segundo que va a salir en breve.
- Repasemos, ¿de qué bandas formaste parte y qué te aportó cada una…?
Las bandas que tuve fueron en principio La Calle 5, que fue una banda que formamos a los 14 años en la escuela con el propósito de anotarnos en Torneos Bonaerenses y bueno… esa banda me mostró muchísimo de la noche, muchísimo del cuidado, muchísimo del sentido de pertenencia. Nosotros hacíamos hard rock, hacíamos una música distorsionada quizás y bueno, en ese momento era la pulsión que sentíamos. Después formé parte en Los Toldos de Terrible Sandokán, que fue una banda ya diferente, en la cual yo toqué guitarras en una etapa, toqué percusión, después pase a los teclados, hacía coros y de esa banda también me nutrí muchísimo ya que tenía composiciones muy muy regulares en el sentido de que no se encasillaba en un género y eso me dio la pauta de por qué no, por qué encasillarnos, si la música es como dice Fito, la madre, la señora que todos amamos y encasillarnos es eso, es como un triaje de status, que en definitiva pierde sentido porque la música es la música y la verdad que a mí me gusta mucho el folclore, frecuento lugares de tango, voy a escuchar tango acá en La Plata, me gusta toda la música. Después de Sandokán, seguí con mi proyecto… con el cual estuve viajando, estuve por la Patagonia durante cuatro años trabajando, después viajé a Europa, estuve tocando en la calle, en España, en Portugal, en Rusia y cuando volví a La Plata en medio de la pandemia, grabé de viaje mi primer álbum, el cual busqué un sonido de banda. Entonces, cuando la pandemia empezó a aflojar y se empezaron a permitir encuentros, me dispuse a formar una banda con el formato con el cual estoy tocando hoy.
- ¿Cómo te encuentra este 2023 presentando tu último disco… y pensando en uno nuevo…
Este año me encuentro muy activo, estoy trabajando y dándole bastante energía al proyecto porque me gusta, porque es mi cable a tierra, porque el escenario es el lugar que más me gusta, y porque me gusta ir a ensayar con mis amigos. Entonces se están dando cosas muy lindas, como es la grabación. Más allá de que yo ya grabé un disco, fue un disco que grabé solo en mi casa, en el cual tuve que cuestionar conmigo mismo y utilizar quizás máquinas… y no instrumentos tan reales. Y bueno, este año nos metimos a grabar un estudio muy bueno acá en La Plata, en el cual participaron los chicos de la banda y eso fue genial porque cada uno pudo aportarle vida a las canciones. Así que me encuentro muy contento y trabajando y bueno, a veces hasta un poco corto de tiempo, me gustaría tener más tiempo para poder dedicarle al proyecto, pero bueno, la rutina a veces no nos permite del todo, como quisiéramos, pero siempre vamos avanzando. Ahora está por salir el disco, el cual estamos grabando, que grabamos en el estudio Mirífico, y lo está mezclando Gonzalo Votok, que es el sonidista de Estelares, con el cual hemos forjado una gran relación y estamos en vísperas de concretar otros contenidos que tenemos pendientes para poder empezar a trascender y a llegar por medio de las redes y demás. Y prepararnos siempre para cuando empieza nuevamente el calor, que es donde por ahí… más aumenta la oferta de tocadas y podemos salir a mostrar nuestra propuesta.
- ¿Qué experiencias te llevas de tu ultimo show en Los Toldos en el Museo Casa Evita?
La experiencia que me llevo de haber tocado en el museo es súper gratificante. Primero que es especial volver a casa a Los Toldos después de tanto tiempo. Es algo que yo anhelaba mucho. Tenía muchas ganas de ir a compartir esta propuesta de Los Toldos, compartirla con mi familia, con mis amigos, con los vecinos. Lo mismo pasó con los chicos, con Yiyi que es de Los Toldos, el batero, Marian que toca el bajo también de Los Toldos, nuestro tecladista es del único oriundo de La Plata. Así que fue una experiencia hermosa porque desde que llegamos hasta la prueba del sonido, hasta la llegada de los invitados que fueron a probar, Fede Prado estuvo con el sonido, Manu Alonso que nos brindó todo, la gente del museo, fue todo hermoso, en paz, armonioso y se disfrutó cada momento. Después, el show fue increíble para mí, lo sentí muy especial, mucha emoción. De a ratos miraba hacia el público y estaba mi hijo sentado ahí mirándome, entonces como que estar ahí en Los Toldos, tocando en la casa de Eva, para gente de mi pueblo, entre ellos mi hijo que me acompañó acá desde La Plata, fue bárbaro, y bueno… la comunión que siento con mis compañeros de banda es hermosa. Entonces nos trajimos el corazón lleno. Eso es lo que nos trajimos de Los Toldos.