El primer voluntario de una de las vacunas contra el Covid, tiene vínculos familiares con nuestro pueblo. De visita en la Argentina, Pablo responde nuestros interrogantes desde Santiago del Estero. Con una voz pausada y que aún conserva el acento provinciano, nos entromete en la vida sudafricana y las experiencias con la salud.
Si tuvieras que presentarte al público toldense, ¿cómo lo harías?
Mi nombre es Pablo Berra Dapelo y he sido en el primer semestre del 2020, el primer voluntario de la fase de experimentación de las vacunas contra el COVID.
¿Cuál es tu vínculo con Los Toldos?
Yo tengo un vínculo bastante estrecho con Los Toldos, ya que toda mi familia materna es nacida y criada ahí. Mis abuelos eran de San Emilio, bueno, mi mamá y sus hermanos, todos nacidos en Los Toldos. Cuando yo era muy chico, a mi papá lo trasladaron a Santiago del Estero, a donde fuimos a vivir, pero desde muy temprana edad, siempre todas mis vacaciones de verano fueron en Los Toldos. Ahí todavía tengo mis tíos, mis primas, los Iparraguirre, los Dapelo. Así que bueno, tengo muy lindos recuerdos, ha sido un espacio muy feliz, con muchos recuerdos de Los Toldos, de San Emilio, de Zavalía. Me acuerdo, mis tíos tenían un espacio bastante grande con animales, con árboles frutales. Y me acuerdo mucho de los carnavales, que eran espectaculares en Los Toldos.
¿Dónde vivís actualmente y cómo es tu vida diaria?
Hace quince años que estoy viviendo en Sudáfrica, en el ‘88 fue cuando conozco Asia. Viajando por Asia, conozco a Savita, que era una hindú africana, bueno, nos enamoramos y nos casamos unos años después. Sobre mi vida diaria ha dado un giro muy fuerte, desde el 2020. Pasó que nosotros teníamos un colegio Montessori en Johannesburgo, y con la pandemia tuvimos que cerrarlo, como cerraron muchísimos colegios en Sudáfrica. Encima ese mismo año un cáncer, se lleva a mi compañera y en ese momento estuve a punto de volver a la Argentina. Pero termino quedándome en Sudáfrica, ya que he tenido muchísimos años en ese país al que termino sintiendo como que es mi lugar. Terminé poniendo un año después, en el 2021 un pequeño hotel, y a eso es lo que me dedico actualmente. Fueron años muy duros por la pandemia, donde todavía existían las restricciones a los turistas. Sudáfrica, todos saben que es uno de los países que recibe más turistas internacionales, y recién ahora desde diciembre del año pasado, que puedo decir que mi emprendimiento ha empezado a andar bien. Porque el turismo ha vuelto a hacer lo que era en los viejos tiempos, antes de la pandemia. Ahora el país recibe muchísima gente de todos los países. Así que, bueno… por suerte Sudáfrica, tiene la ventaja de seguir siendo el país más estable del continente africano. En cuanto al pueblo donde vivo, es un pueblito muy chiquitito, está a menos de doscientos metros del océano Índico… tiene dos cuadras por cinco cuadras, es muy muy pequeño, tiene unas plazas larguísimas y todo el año desérticas. Es muy tranquilo, muy bonito para vivir ahí. Y, bueno… era justo lo que yo buscaba, lo que necesitaba después de ese tiempo difícil, que fue lo de la enfermedad de mi esposa y sobre esas cosas difíciles para superar. Así que ahí estoy desde el 2021, pertenece al área de Wilderness, como decía antes, bien al sur, y justo está donde se termina el mapa del continente africano. El clima es perfecto para mí, porque no hace tanto frío en invierno y en los veranos no supera los treinta grados, y los paisajes son, la verdad, espectaculares… están esos típicos famosos y coloridos atardeceres africanos y además a los turistas siempre se les ofrece muchísimas actividades para hacer, es un lugar muy lindo para visitar.
¿Cómo fue que te ofreciste como voluntario para aplicarte una de las primeras vacunas contra el covid?
Sobre mi etapa de voluntario… una noche estaba viendo un noticiero y una doctora hablaba sobre la llegada del COVID a Sudáfrica y buscaban voluntarios para la fase de experimentación de una nueva vacuna era la que producía el laboratorio Oxford, AstraZeneca. Yo inmediatamente me ofrecí y al día siguiente de ese reportaje yo era parte del grupo de voluntarios. Al principio me acuerdo que éramos muy poquitos, porque los mexicanos como que tenían miedo a las posibles consecuencias de una vacuna que era desconocida. Pero pasó que un par de meses después, con los primeros resultados que se hicieron públicos, fueron muy favorables para esta vacuna AstraZeneca, y este laboratorio logró tener la cantidad de voluntarios que buscaban. Para ese momento ya estaban también experimentando AstraZeneca en Brasil, en Inglaterra. Tiempo después el gobierno de Sudáfrica no termina aceptando esa vacuna de AstraZeneca por no tener para ellos, que son muy exigentes en su Sudáfrica en cuanto a la salud de sus habitantes, como no cumplió los resultados que ellos esperaban, ellos en Sudáfrica terminan optando por otros dos laboratorios que tenían muchos mejores resultados que fueron los de Pfizer y Moderna. Así que, bueno, tuve un par de años de voluntarios, recibí ocho vacunas y nunca me contagié.
¿Existe la posibilidad de que seas voluntario de otras vacunas o experiencias similares?
Hay muchos pedidos de voluntarios en Sudáfrica, de distintos laboratorios, los laboratorios siempre están experimentando nuevas drogas, sobre todo para las enfermedades que todavía no tienen cura, como, por ejemplo, el Alzheimer. Yo me había hecho un año antes un estudio de ADN y ahí saltó que tengo posibilidades de desarrollar en el futuro esa enfermedad. Por antecedentes familiares por el lado materno. Entonces, me ofrecí como voluntario nuevamente esta vez para un laboratorio que es de Suiza, pero bueno, pasa que en esas etapas experimentales de laboratorios es cuando mayoría de los laboratorios quedan fuera de carrera, porque no cumplen con las expectativas deseadas. Entonces, esa droga se dejó de producir para el tratamiento del Alzheimer.
¿Algo que quieras agregar o comunicar?
Bueno, gracias, gracias por esta charla y le mando muchísimos saludos a los toldenses y especialmente a mi familia. Un abrazo y hasta pronto.